Escuché al mar, y vi caras en la arena,
sisañoso me dijo que no entrara cegado
en él
porque era un camino sin fin,
del cual yo, por mi seguera, disfrutaría.
Egoísta.
Sueño sin querer que un día llegaré a
tu maldito final sin quererlo.
Me entrometo en las garras de tus retumbos;
no tengo miedo, no lo tendré.
Sé que al final del revoltijo,
estás ahí,
está tu alma,
desnuda,
ansiosa de alguien que
quiera "escurgarla",
de alguien que la quiera conocer.
Me pregunto si en el camino y,
con esta terrible ceguera
algún día me daré cuenta
cuán mal estoy haciendo conmigo mismo
porque te amo, y esto lo hago por amor.
Quiero esculpir mis suaves huellas en tu piel,
quiero hacer de tu belleza,
algo escensial,
porque estás escondida,
temiendo realzarte.
Porque eres un perla, en la profundidad.
Querida mar, dime
¿qué haces con tan inmeson tesoro?
Egoísta.
Del sol te jactas, y de tu belleza el color del cielo te robas.
Mírate, escabullida tan adentro temerosa, te encuentro,
te miro y te beso.
Al final del sol caído toda esta ceguera fue mi arma
para encontrarte, cariño.
Ahora junto a mí,
arrecostada como bella musa,
venzamos todo lo que esté por venir.
Qué pena y qué meque soy, pero acabo de leer varias historias y me gustaron enserio, seguí escribiendo ��
ResponderBorrarSofía, en serio muchísimas gracias por comentar. Me animas a seguir. Un abrazo 😊💖.
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