EL PREMIO MAYOR - Poesía desenfrenada.
¿Quién dijo que te conocería en un karaoke?
Y lo más chistoso es que no canté...
Eras el centro de atención.
Tu voz, esa mirada que acogía con gozo el micrófono,
y de esos labios, esa voz tan angelical que salía...
Eras tú; fue ese momento, eras para mí.
Porque ese viento loco y ruidoso me lo dijo al oído,
me lo advirtió, pero me hice el sordo.
Sabía que me lastimarías,
que tú jamás ibas a sentir lo que yo por ti,
pero sin embargo, no me importó y
traté de enamorarte,
pero como en un vuelo fallido, fallé.
¿Fallé? Lo dudo,
y con una risa con llanto en el fondo,
me doy cuenta que fui yo quien dio todo por ti,
pero tú te quedaste corta y
no luchaste por mi.
Ahora lloro tu pérdida.
Sé que esas llamadas a media noche,
es porque aún extrañas el timbre de mi voz,
con tus excusas de amores perdidos,
y sin más que decir y como un tonto: te escucho,
porque soy el único que te entiende.
Me empezaste a insinuar de nuevo,
al punto de ebullición,
yo me eché para atrás,
porque me di cuenta,
que no puedes venir cuando quieres,
porque me doy mi lugar,
y lastimosamente para ti...
alguien te arrebató el premio mayor: yo.
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