VESTIDO DE SEDA Y A LA VEZ DESNUDO - Poesía desenfrenada

"...Soy de adonde a penas existen escuelas y el niño adorna con dibujos su cuaderno esperanzado."

Mi país es uno de los países más pequeños del territorio latinoamericano, pero que no lo exhonera de los problemas sociales y económicos. Lo salvadoreños han tenido que sufrir tanto que muchas veces se resignan a lo que está pasando y pasará por consecuencia de las malas desiciones. En el poema exalto eso, la resignación de un salvadoreño a lo que sucede en su casa, pero que a la vez demuestra la esperanza que nos queda de que todo esto cambie y podamos vivir llenos de paz y alegría.

Soy de donde el viento me indique,
de donde el sol me alumbre
y la luna me acaricie,
de una tierra por conocer.

Soy de donde el faro apunta
con su luz menguante,
y de donde la mar
nunca tiene fin.

Soy de donde la madre
arrulla a su hijo
amordazado y
amedrentado.

Soy de donde el corazón
me vibre sin cesar.
Soy de una tierra
desconocida y desolada.

Soy de ahí,
donde la niña llora
desesperada por su padre
que yace en la cuneta.

Soy de donde el padre
aniquila a su esposa mientras
el niño mira y destruye
su inocencia.

Soy de donde la ignorancia
sale a flor de piel, pero
se anestesia con el
paisaje.

Soy de donde apenas
existen escuelas,
y donde el niño adorna con
dibujos su cuaderno esperanzado.

Soy de un país donde
la vida no tiene límites
excusas ni circunstancias:
porque todo pasa.

Soy del eterno pulgarcito
bañado de todo y nada,
sediento y con hambre,
vestido de seda y a la vez desnudo.